RECORDAMOS
-Cristina, ¿no estarás colocada o algo? -río aún más de escuchar
esto, no sé si reír o llorar.
-Mira, -me tranquilizo de tanto reír- dejadme en paz, ¿vale? Ni
policías ni nada, estoy bien, y no, no estoy colocada ni mucho
menos, yo no fumo ni bebo -otra risa por parte de Diego- Diego tío
no te rías porque es verdad, ¿me has visto a mi fumar alguna vez? O
preguntarle a quien queráis, mira que me da igual, yo no fumo y
punto. Que me creáis o no es vuestro problema -se abre la puerta y
entra Pattie, se ve que estoy gritando mucho, Justin le dice flojo
que estoy hablando con mis padres y le cuenta la conversación de
antes, ahora me mira con los ojos como platos.
-Mira hija...
-Título:
-Mira hija eres menor de edad, debes de volver ahora mismo. -dice mi
madre más tranquila- Porque la policía te puede buscar por cielo y
tierra, y si estás con Justin... ¿Dónde estás? Dinoslo al menos.
-No. ¿Te crees que soy tonta? Me río, mamá, me río. ¡Dejadme en
paz, no os preocupéis por mi, pronto os visitaré, dejadme vivir mi
vida, con quien quiera y como quiera! No os preocupéis por nada,
estoy bien, estoy disfrutando de mi vida, no quiero morirme de
soledad y tristeza.
-¡Tu deber es vivir con nosotros hasta que seas mayor de edad, y
cuando lo seas haces lo que quieras, vuelve ahora mismo, no permitiré
que mi hija esté por ahí, sin estudiar y vete tu a saber donde!
-grita mi padre.
-Papá, mamá, dejadme ya en paz por dios.
-¿Qué? ¿Pero tu te escuchas niña? ¡Que tienes 16 años!
-¡Casi 17!
-¡Pues todavía te quedan para 18 mientras tanto te quiero aquí!
-grita mi padre.
-¿Dónde estás? ¡Voy a recogerte ahora mismo.
-¡Diego, en este momento si te puedes reír! -río.
-¡Y encima se ríe! ¡Ay... ay que guantazo te estás ganando
Cristina! -reniega mi madre.
-¿No quieres creer en Dios? ¡Pues vas a creer hasta por la virgen!
-¡Soy atea! Eso en mi país se dice: ¡PLOOOOOOOOOOOOOOOF! -grito
divertida.
-¡Que no chulees más! ¡Qué te la vas a ganar! -amenaza.
-Mira, dejadme en paz, joder, dejadme, ¡dejadme en paz o terminaré
muy mal!
-Cristina, soy Diego, cuelga. Luego hablamos, te llamo yo. -grita.
-Vale.
-¡Ni se te ocurra colgar! -gritan mis padres.
-Adiós. -cuelgo.
-Narra Diego.
-¿¡Para qué le dices que cuelgue, tu eres tonto!? -grita mi padre.
-¡Dejadla ya en paz! ¿No os basta con ocultarle que si le da otro
infarto se puede morir por tener el corazón como lo tiene!? -mis
padres me miran con los ojos como platos, y hostión por parte de mi
padre que me acabo de llevar.
-Muy bien, ¡genial! ¿Habéis perdido una hija? ¡Pues ahora vais a
perder otro! -grito y después subo a cien por hora las escaleras, se
acabó. Me voy. Me voy con ella. Demasiado mal lo paso, y en cuanto
la tenga delante le contaré todo lo que tiene.
-¿¡A dónde crees que vas!? -entra dando un portazo mi padre.
-A vivir yo también mi vida. -sonrío y niego irónicamente.
-¿Y a dónde vas a ir?
-Con Cristina.
-Ah, ¿qué sabes donde está?
-Pues claro.
-¿Dónde está?
-No te lo voy a decir.
-¡Que me digas donde está tu hermana! -grita.
-¡No! -grito, segunda ostia de la tarde, din din din.
-¡Que me digas donde está tu hermana!
-¡QUÉ NO ME SALE DE LA POLLA! -con esto último lo dejo
petrificado. Termino de hacer mi maleta delante de la mirada de mi
padre, mi madre llega corriendo tras este último grito y al verme
hacer las maletas se hecha a llorar.
-¡Por favor, no te vayas tu también! -llora y me agarra del brazo.
-Lo siento mamá. No voy a vivir con un hombre que me pegue.
-Hijo... Yo lo siento, pero es que joder, sabes donde está tu
hermana y no nos lo dices. -se disculpa papá.
-Es igual papá, pero me voy, así podré vigilarla, saber si está
bien, quiero irme, cambiar. ¡Joder! -le doy una patada a el armario-
¡Me voy yo también! ¡No voy a dejar a mi hermana sola y más con
lo que tiene!
-¡Tu hermana no tiene nada! ¿Me escuchas? ¡Nada! ¡El médico dijo
que era casi imposible que le volviera a pasar!
-¡Pero dijo que si le pasaba se podía morir, joder, se podría
morir de un infarto!
-¡Pero no pasará, también dijo que está muy sana y que duda que
pase!
-¡También estaba muy sana antes que la primera vez! -grito a mi madre, ella termina llorando, abrazada a papá.- No quiero que le pase nada. Y si puedo impedirlo lo haré, y como puedo, lo haré. -hablo mientras cierro la maleta. Cojo el maletín del portátil, lo meto dentro con el cargador.
-¡También estaba muy sana antes que la primera vez! -grito a mi madre, ella termina llorando, abrazada a papá.- No quiero que le pase nada. Y si puedo impedirlo lo haré, y como puedo, lo haré. -hablo mientras cierro la maleta. Cojo el maletín del portátil, lo meto dentro con el cargador.
-¿Pero a dónde vas tu también? Solo tienes 18 años... -dice mi
madre ya apagada.
-Este mes hago 19.
-¡Pues ya ves tú! ¿Qué pasa? Hoy es el día de me voy de casa
porque me da la gana, ¿ o qué pasa?
-Dejadlo ya. Solo os pido que la dejéis en paz, que yo me encargaré
de que estudie, os lo prometo. No le faltará de nada, os lo aseguro,
está bien.
-Está en Canadá. -dice muy segura de si misma- ¿Verdad? -La miro,
no para de llorar, mi padre también, pero lucha porque no salgan más
lágrimas de sus ojos, pero es un intento fallido.
-Sí. -digo flojo- Pero por favor, dejadla. Dejadla en paz, la
cuidaré, os lo prometo, estudiaremos, vendremos por Navidad, incluso
antes. Estaremos bien, ¡os recuerdo que su novio es Justin Bieber!
No le va a pasar nada. Y por falta de dinero mucho menos. El también
estudia. ¡Es también un chico que estudia!
-Pero no vas a vivir con el dinero de él.
-Y no lo haré. Trabajaré, se inglés. Me podré comunicar
fácilmente, trabajaré y estudiaremos, y no voy a vivir con el
dinero de Justin, pero sé que si pasara algo nunca nos dejaría en
la calle.
-¿Y con qué dinero vas a pagar el viaje?
-Pues con el de la universidad.
-¿Entonces como vas a estudiar allí sin dinero?
-¡Joder no lo sé, ya lo pensaré, pero lo tengo claro me voy, lo he
pensado desde que se fue Cris, me voy para cuidarla, además quiero
conocer mundo, quiero vivir mi vida yo también.
-Nosotros te pagaremos el viaje. -dice papá.
-¡No, lo que tienen que hacer es quedarse aquí que venga ya
Cristina! -grita mi madre que está cabreada otra vez.
-¡No, dejadlos, dejadlos, que vean lo que es, y cuando no tengan
dinero que tengan que volver aquí pidiendo perdón, porque del
dinero de Justin no vais a vivir! -grita mi padre furioso.- ¿Cuánto
quieres? ¿¡Quieres 1000 euros y vas en primera categoría!?
-pregunta irónico.
-Con que me des 200 voy de sobra. -me cruzo de brazos.
-Está bien, toma, ¡iros, iros, ale! ¿No queréis vivir vida? ¡Pues
fuera! ¡Cuando no tengáis a donde ir, aquí que no se os ocurra
venir! ¡Fuera de esta casa, no volváis nunca!
-Y no lo haremos. -digo muy serio, termino de recoger mis cosas, me
dan el dinero, me despido de Lidia que ya ha venido, estaba en un
cumpleaños. Y voy camino al aerepuerto, próximo destino: Canadá.
-Narra Cristina.
-¿Cómo estás? -pregunto desesperada, no aguantaba más a la
llamada de mi hermano.
-Bien, genial, todo arreglado, podrás estar en Canadá.
-¿Sí? -grito feliz.
-Sí, pero yo también me voy. Papá nos ha echado de casa, dice que
cuando no tengamos donde ir que no se nos ocurra aparecer por allí,
y todo porque dije que me iba contigo para cuidarte.
-¡Que asco de tío! ¡Pero me da igual, que le den por culo! ¡Tú
aquí conmigo!
-Sí, y me ha pegado.
-¿¡Qué dices!? -grito, me llevo las manos a la boca.
-Vaya, lo que estás escuchando, se pusieron como locos cuando se
enteraron de que yo si sabía donde estabas.
-Que asco de vida hermano.
-¿Asco? ¡Ahora vamos a vivir la vida!
-¡Síii! -grito feliz.
-Pero también les prometí de que estudiaríamos.
-Bueno... No todo iba a ser de color rosa.
-Demoslo en color azul. -ríe.
-Maricón.
-Calla tortillera. Bueno, ¿sabes que me he encontrado otra vez con
la de ayer de los billetes?
-¿Ayer? Si ha sido hoy.
-Cris... Aquí es otro horario.
-¡Ahh es verdad! ¿Qué te ha dicho?
-Que si iba a visitar a mi novia. -ríe fuerte.
-Que si iba a visitar a mi novia. -ríe fuerte.
-Ay mi vida, no te pongas tonto. -río.
-Oye, ya han avisado de que suba al avión, llegaré allí a las once
la noche, ¿me vas a recoger?
-Claro.
-Bueno y busca donde vamos a dormir o algo. -ríe.- La que vamos a
liar, debajo un kiosko nos veo. -ríe fuerte- Adiós, no puedo hablar
más.
-Adiós, y no te preocupes. -cuelgo.
-¿Qué te ha dicho? -pregunta Justin inquieto, mientras esperaba la
llamada de mi hermano les he contado todo.
-¡Que te quiero mucho! -le abrazo fuerte.
-¿Qué pasa?
-Me quedo a vivir en Canadá.
-¿Sí? -pregunta feliz Pattie.
-Sí. Pero ahí no termina todo....
-¿Qué pasa?
-Pues.... -le cuento todo.
-Y... -traga saliva- ¿ya no podéis volver nunca a vuestra
casa?
-No. -digo cabizbaja. Justin me abraza- Pero no te preocupes, viviré con mi hermano.
-No. -digo cabizbaja. Justin me abraza- Pero no te preocupes, viviré con mi hermano.
-Cris cariño, mientras encontráis una casa os podéis quedar aquí,
¿vale? -Pattie acaricia mi mejilla.
-No, tranquila, buscaremos un hotel y ya mañana empezaremos a buscar
un apartamento o un piso.
-De eso nada, os quedáis aquí que hay habitaciones de sobra. Ya
habrá tiempo de encontrar una casa.
-Muchas gracias. -sonrío y les abrazo.
(…)
-Mi vida.
-¿Qué? -sonríe.
-Te quiero. -le miro a los ojos, que precioso es joder, en toda la
película que estamos viendo no he prestado atención ni una vez,
todo el tiempo mirándole, pensando en como será el día de mañana
o pasado, junto a él.
-Con esta ya van siete veces en toda la película. -ríe.
-Te quiero. -sonrío.
-Te repites más...
-Que la morcilla de mi abuela. -carcajeo fuerte.
-¿Qué es mocilla?
-Morcilla.
-Moocila.
-Morcilla.
-Morcilla.
-Muy bien ha la tercera va la vencida. Morcilla es un embutido.
-Que cosas más raras coméis.
-Hablo.
-¿Yo? ¿Qué como yo raro?
-Los pasteles esos de carne que hacéis por aquí, cosas con queso de ese azul -digo con cara de asco-
-Los pasteles esos de carne que hacéis por aquí, cosas con queso de ese azul -digo con cara de asco-
-¿Queso azul?
-Sí, en pizzas y tal.
-Sí, en pizzas y tal.
-Mentira.
-Pues sí, porque yo lo vi en “Teenage Mom” -Justin ríe fuerte,
se revuelca en el sofá. Ríe a más no poder. ¿Qué tiene tanta
gracia? Sigue riendo, estoy incómoda, ¿qué pasa?
-¡Justin para! -le golpeo flojo- ¡Que es verdad no te rías! -me
mira serio y otra vez vuelve a reír fuerte.- ¡Pues ala, ríe te de
mi! -me cruzo de brazos. Pero sigue riendo. Esto me molesta.- Adiós.
-me levanto y voy a la cocina en busca de Pattie.
-¿Qué le pasa que no para de reír?
-Se ríe de mi. -me cruzo de brazos.
-¿Y eso? -sonríe. Justin ríe aún más fuerte. Pattie ríe de
escucharlo, pero al verme a mi molesta para.
-Porque dije que bueno, empezamos hablando de un embutido de España
y me dijo que que comidas más raras comemos y yo le dije que el si
que come cosas raras, que a todo le echáis el queso azul ese. Y me
dice que, qué queso, y yo le dije que lo vi en “Teenage Mom” que
lo echaban en una pizza, que asco, y por eso se ha empezado a reír.
-Es la edad, no le hagas caso. Cris cariño, ese queso azul como tu
dices, se le echa a muchas comidas españolas también. Pero nosotros
no comemos mucho de eso.
-Ah... Pero sigo sin comprender porque se tiene que reír así de mi.
-Porque tiene una edad que es difícil. -ríe.
-Tu hijo tan normal como siempre. -reímos.
-Estoy haciendo un bizcocho, ¿me ayudas? -sonríe.
-Claro. -sonrío y me pongo un delantal que me da. Mientras ella
mezcla la harina y los huevos yo pongo a calentar el horno- No
entiendo como va este horno. -digo ya harta de probar.
-Trae, lo pongo yo, mezcla tu esto. -cambiamos los papeles, ahora soy
yo la que mezclo la harina con los huevos, Pattie ya ha preparado el
horno y mientras yo mezclo ella va echando más cosas.
-¿Qué hacéis? -nos giramos es Justin, viene despeinado, normal,
se ha revolcado por todos lados riendo.
-Un bizcocho.
-Yo ayudo, pero mejor probándolo cuando esté listo. -sonríe.
-No comprendo a este niño, todo lo que come y no engorda.
-Y luego comemos nosotras y nos ponemos focas. -ríe.
-Uff, ya ves si estáis las dos gordísimas.
-Porque nos cuidamos. Estamos sanisimas, y tenemos muy buen cuerpo,
¿verdad Pattie?
-Verdad. -ríe.
-Aunque tu estás más delgada. -Justin hace que me gire para
mirarme. Me mira de arriba a abajo otra vez como no sé cuantas veces
ya.- ¿Estás más delgada verdad?
-Puede ser. -me encojo de hombros y me giro para seguir haciendo el
bizcocho.
-Pues eres tonta.
-Gracias cariño, yo también te quiero mucho.
-No más que yo. -me besa, Pattie tose descaradamente nosotros
reímos.
-Oye... -meto el bizcocho en el horno- En vosotros puedo confiar, y
se que siempre me ayudaréis en todo y nunca me ocultaríais nada.
-Justin mira a Pattie en señal de socorro.- Por favor. -me siento-
Decirme que es lo que pasa, ¿qué es lo que tengo? Estáis siempre
muy pendientes de mi, ¿qué pasa? ¿me muero? Joder, quiero saberlo,
no aguanto más.
-Mi vida. -Justin se sienta a mi lado- Nosotros prometimos no decir
nada, pero creo que lo debes de saber, pero es mejor que esperemos a
luego la noche cuando esté aquí tu hermano.
-Entonces... ¿Si tengo algo?
-No te va a pasar nada. -besa mi frente y me abraza.
-¿Qué me pasa? -sollozo- ¿Me voy a morir? -no lloro, tampoco me
salen a penas las palabras, Justin me abraza, miro un punto fijo, no
puedo responder a su abrazo, ¿qué me pasa? ¿Qué tengo?
-Cariño, no te vas a morir. -Pattie acaricia mi pelo y me abraza.
-Pattie, ¿qué tengo? ¡Por dios decirmelo, me estoy poniendo de los
nervios y eso no es bueno! -me levanto alterada, no, no puede ser,
¿será por el infarto? Joder, que pasa, llevo mis manos a mi cabeza,
¿qué tengo?
-No, para, para Cristina será peor. -grita Justin, Pattie le mira
asesinándole con la mirada, ¿no debería de haber dicho eso? ¿Qué
pasa?
-Vale, yo paro. Solo si me decís que pasa.
-Cris, cuando venga tu hermano lo hablamos.
-No creo que mi hermano diga nada Pattie, ya lo intenté. Pero
bueno... Si me estoy muriendo y no me lo queréis decir... Pues vale.
-digo molesta.
-Cris no te cabrees. Te lo diremos, pero cuando esté tu hermano, ya
nada nos lo prohibirá, tus padres ya no están, pero al menos
esperemos a tu hermano.
-Está bien. -me cruzo de brazos y miro un punto fijo, ¿qué pasa?
Joder, no paro de preguntarme una y otra vez lo mismo, pero es que si
no me lo dicen, joder me estoy empezando a asustar mucho.
-Mi vida, no te cabrees, y menos con nosotros. -Justin me da un beso
corto en la comisura de mis labios. Por lo que reacciono.
-Sí, perdonad, pero es que nadie me dice nada... Y puff.. -llevo mis
manos a mi cabeza- Esto es muy difícil para mi. Todos los sabéis y
yo no, y encima tiene que ver con mi salud.
(…)
-¡Selena, estoy en Canadá! Tengo ganas de verte, ¿quedamos? -pulso
en enviar, miro a Justin sonríe, tiro leve de su barbilla y le beso-
Te quiero.
-Te amo.
-Yo más.
-Mentira.
-Verdad. -chupo mi dedo y lo apoyo en la frente de Justin.- Sellado,
yo mas.
-Mira que eres guarra. -ríe fuerte.
-¡Hablo!
-Chss., -me besa.
-Nunca más te dejaré solo, nunca, nadie me moverá de tu lado. -le
abrazo, apoyo mi cabeza en su pecho- Nadie.
-¿¡Sí!? ¿Dónde quedamos? ¡Tengo ganas de verte! Un besazo :)
-mensaje recibido.
-Pues... Estoy en casa de Justin, ¿me recoges? Justin también
viene, ¿os habéis perdonado no? Un beso. Pdta: Yo también tengo
ganas de verte. -enviar.
-¿Con quién hablas? -giro mi cabeza, me mira sonriente.
-Con Selena, le he dicho que estoy aquí, y que tengo ganas de verla,
ella dice que también tiene muchas ganas de verme, y dice que donde
podemos quedar, le he dicho que estoy aquí y contigo y le he dicho
que venga aquí para recogernos. Mira ya ha contestado.
-Espera.
-¿Qué?
-La perdoné, pero no quiero grandes amistades con ella, si ahora
salimos con ella, yo voy por ti. -dice bastante serio.
-¿Quieres que le diga que no puedo quedar porque viene mi
hermano?
-No, tampoco es eso, tu decidistes que fuera tu amiga, y yo no te voy a prohibir nada.
-No, tampoco es eso, tu decidistes que fuera tu amiga, y yo no te voy a prohibir nada.
-Te quiero. -le beso y abro el mensaje.- Te lo leo..
-Como quieras.
-Dice: Tía, Justin me perdonó... Pero Pattie nunca me perdonará,
tampoco quiero que esté incomoda en su casa, yendo yo allí.
¿Podemos quedar en el Starbucks del otro día? Kiss.
-Dile que no pasa nada, que si no quiere pasar es igual, que no tengo
ganas de conducir que al menos nos espere en la puerta.
-Vale.
*Tía, Justin dice que no tiene ganas de conducir, y que no pasa nada
que puedes venir, que si no quieres entrar esperes en la puerta y que
traigas tu coche, y ya vamos después al Starbucks, un besazo.
-Dice Justin que no tiene ganas de conducir. -imita con una voz
burlona y me mira serio, ¿habré metido la pata? Pero termino
confirmando que no, termina riendo.
-¿Qué quieres? Eres un gandul. -río, me mira serio, después
sonríe maléfico, se echa encima mía y empieza a hacerme
cosquillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario